María Dolores Hernández Ramos, teguestera de adopción nos ofrece el ejemplo de su vida profesional y de altas cotas a las que puede llegar la constancia humana, cuando la guían valores como la dedicación, el admirable afán de superación, y el férreo deseo de ayudar a los demás.
La fuerza de artesanas como María Dolores es un ejemplo, sobre todo para los más jóvenes, de la capacidad del ser humano para superar los más difíciles retos de los beneficios que conlleva el sacrificio y la abnegación, que, como ella, luchan por convertir en permanente éxito su compromiso por transmitir nuestra valiosa artesanía.
Pero no se es una gran artesana si no se está en posesión de otros valores, como los de la generosidad, el compañerismo y la nobleza. Nada es el triunfo en el día a día, si el trabajo no se comparte en beneficio de todos. Hoy recordamos, para engrandecer aún más su labor artesanal, la entrega a los demás de María Dolores, que también reconocemos con este galardón. Sus gestos sociales son una faceta menos conocida, pero no menos valiosa, de nuestra premiada.
Si me permite María Dolores repito ante los presentes una frase que suele decir mucho usted y que simplifica su labor: “Con los elogios no se solucionan las cosas”. Pero permítame en el día de hoy, decirle que hoy estos elogios que ha podido escuchar, han llegado a muchos corazones, sí…… a muchas personas valiosas en las que María Dolores se apoya y con las que engrandece extraordinariamente su labor: Su esposo Rafael, su hijos Juan Lorenzo, Alajandro y María Inmaculada, sus nietos, que comparten su vida y su tiempo con el fin de ayudar y compartir.
Sus alumnas del Taller San Pancracio y sus compañeros artesanos, que contribuyen y permiten que se materialicen estas ansias de entrega a los demás que caracteriza la labor de María Dolores.
Hoy hemos sido testigos en este centro de cómo el esfuerzo, la humildad, y el sacrificio, han dado sentido a las vidas de nuestros homenajeados. De ellos hemos aprendido a tener mentalidad abierta. Con ellos hemos sentido la fuerza transformadora de las ideas. Nos han contagiado la pasión por participar, la ilusión por ayudar.
Son valores e ideales a los que nunca debemos renunciar y que siempre nos deben inspirar.
(Palabras de Juan Fco. Rodrígues. 02/11/2011)
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